Himno
¡Oh llamad a los perdidos,
tan lejanos del redil!
Atraed a los huidos
al cuidado pastoril.
¡Sí, llamad a los peores,
sumergidos en maldad!
Por salvar los pecadores
Cristo espera ¡Sí, llamad!
¡Oh llamad a los cansados
por esfuerzos sin valor!
Sin sus obras son salvados
los que creen al Señor.
¡Sí, llamadlos! Dios invita
a que acepten su bondad,
y con sumisión contrita
a él vengan ¡Sí, llamad!
¡Oh llamadlos, que conozcan
al que da cabal salud!
Y que nunca más carezcan
de su gran solicitud.
Ofrecedles vida eterna,
celestial felicidad,
y con caridad fraterna
siempre al pecador llamad.