Himno
Oí la voz del Salvador
decir con tierno amor:
“Ven hoy a Mi y descansad,
cargado pecador”.
Al Redentor, tal como fui,
cansado yo acudí,
Y luego dulce alivio y paz
por fe de El recibí.
OÍ la voz del Salvador
decir: “Venid, bebed,
Yo soy la fuente de salud
y apago toda sed”.
Con sed de Dios, del vivo Dios,
buscaba al Salvador;
Lo hallé, mi sed El apagó,
y hoy vivo por su amor.
Oí su dulce voz decir:
“Del mundo soy la luz,
miradme a mí y salvos sed:
Hay vida por mi cruz”.
Miré al Señor y luego en El
mi norte y sol hallé,
Y en esa luz de vida yo
aquí siempre andaré.