Himno
¿Sabes dónde hay una fuente
pura, de divino amor,
Cuyas aguas celestiales
manan con ferviente ardor?
Esta fuente inagotable
de eficacia y de valor,
Es el Redentor bendito,
el precioso Salvador.
Coro:
Es Jesús la viva fuente
donde he apagado yo
Esa sed que consumía
mi cuitado corazón.
Esa fuente siempre pura
nunca su cristal perdió,
Y sus aguas refrescantes
se te ofrecen pecador,
Si sediento y fatigado
a Jesús la fuente vas,
Satisfecho y aliviado
al momento quedarás.
¡Oh! Recibe pues su oferta,
no rechaces, no, su amor.
Dile: “de esas aguas dame,
y sabré su gran valor”.
Sin dinero y sin precio
se te ofrece el grato don;
Vida eterna, paz y gozo,
de tus culpas el perdón.