Himno
¡Volveos, volveos! ¿por qué moriréis?
Pues Dios ya se acerca con gracia y favor.
Jesús os convida, ¿por qué no vendréis?
y lucha el Espíritu con incansable amor.
Rendíos, rendíos, de Dios a la voz,
el bien ofrecido anhelantes buscad;
La sangre preciosa que Cristo vertió,
perdón nos ofrece, consuelo y solaz.
La vida se pasa cual humo sutil,
muy pronto Jesús viene y no tardará;
A todos los suyos conduce al redil,
los malos empero arrojados serán.
Venid, pues, ahora, buscando salud,
venid a la patria del Dios de verdad;
Marchemos constantes en pos de Jesús,
y al fin en el cielo veremos su faz.