Himno
Señor Jesús, con tu esplendor benigno
guarda mi pie.
Densa es la noche, áspero el camino,
mi guía sé.
Harto distante de mi hogar estoy;
que al dulce hogar de las alturas voy.
Amargos tiempos hubo en que
tu gracia no supliqué.
De mi valor fiando, en la eficacia
no tuve fe.
Mas hoy deploro aquella ceguedad;
dame, oh Señor, tu grata claridad.
Guiándome Tú la noche
es esplendente,
y cruzaré el valle, el monte, el risco
y el torrente
con firme pie;
hasta que empiece el día a despuntar,
y entre al abrigo de mi dulce hogar.