Himno
Cuando leo en la Biblia cómo llama Jesús
y bendice a los niños con amor,
yo también quisiera estar
y con ellos descansar
en los brazos de mi buen Salvador.
Ver quisiera sus manos sobre mí reposar,
cariñosos abrazos de él sentir;
sus miradas disfrutar,
las palabras escuchar:
“A los niños dejad a mí venir”.
Sin embargo, a su estrado en oración puedo ir
y también de su amor participar.
Pues si aquí buscarle sé,
le veré y le escucharé
en el reino que Él fue a preparar.
¡Cuántos hay que no saben de esa bella
mansión,
y que no quieren a Jesús oir!
Yo quisiérales mostrar
que para ellos hay lugar
en el cielo do los convida a ir.
¡Cuánto anhelo aquel tiempo venturoso sin fin,
el más grande, el más lúcido, el mejor,
cuando de cualquier nación
niños mil sin distinción
a los brazos acudan del Señor!