Himno

¡Oh, cuán gratas son las horas,
Cuando yo me acerco a Ti!
Desde el cielo do tu moras,
Padre, escúchame a mí.

Aún a mí, el más indigno
De tu celestial redil,
Ilumíname, benigno,
Y hazme siervo tuyo fiel.

Yo me gozo en tus bondades,
Y quisiera comprender
Tus secretos y verdades
Y en tu inmenso amor crecer.

Al entrar en la presencia
Del divino Redentor,
Gozaré de la herencia
Que me es dada por su amor.

Y al final en tus mansiones
Sin cesar te miraré;
Y del cielo de esplendores
Nunca más me apartaré.

Demo

Compartir

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on email

Navegación

Temáticas

Subtemáticas