Himno
En tu palabra, oh, Padre Dios,
¡Qué bella luz se ve!
Bendita, celestial porción,
Gozada por la fe.
Aquí del Redentor la voz
Alegra el corazón,
La dulce voz del Buen Pastor
Que trae salvación.
En su divina inspiración
Aliento se nos da;
También allí satisfacción
El alma encontrará.
Y antorcha para iluminar
Los pasos de tu grey;
Y lámpara que nos dará
Visiones del Gran Rey.
¡Cuán dulce es tu palabra fiel
Para mi paladar!
Más que la refinada miel
Que cae del panal.
Y mina de riqueza es,
Que no se agotará,
Hasta ese día en que yo esté
En gloria celestial.