Himno
No hay amor como el de Cristo,
Nunca terminará,
Hasta que al redil de la gloria allí
El nos congregará.
Coro:
¡Oh, qué amor! ¡Grande amor!
Inmenso, sin igual.
¡Oh, ven, pecador, a tu Redentor!
Que te quiere salvar.
No hay corazón como el de Cristo,
Lleno de tierno amor,
No hay aflicción ni tentación
Que no sienta el Señor.
No hay ojos claros cual los de Cristo,
Tan penetrantes son,
La historia lee, los secretos ve,
Aún de tu corazón.
Ninguna voz cual la voz de Cristo
¡Qué nos alcance ya!
Cuál melodía de noche y día
Nos satisfará.
Que escuchemos la voz de Cristo,
Siempre nos guiará,
Hasta encontrarnos en el hogar
De su gloriosa paz.