Himno

¡Que vea tu faz! –un resplandor
De encanto divinal;
Pues otro amor no encontraré
Que al tuyo sea igual.
Luz inferior ha de menguar,
Ninguna gloria habrá;
Toda hermosura terrenal
Su gracia perderá.

¡Que vea tu faz! –mi fe y mi amor
Más firmes han de estar;
Y nada acá podrá la paz
De mi alma perturbar.
Será mi vida cual visión,
Todo intangible acá,
Vana ilusión, más Tú, Señor,
La sola realidad.

¡Que vea tu faz! olvidaré
La antigua lasitud;
Ni sombras del febril pesar
Traerán más inquietud;
Temores por el porvenir
Se trocarán en paz;
Mi corazón, pues, gozará
Sosiego y gran solaz.

¡Que vea tu faz! se aliviará
La más pesada cruz;
Bien se ha de ver en todo mal,
En cada noche, luz;
Veloces los años correrán,
En calma han de pasar,
Luego, el pesar dejado atrás,
Iré a mi eterno hogar.

Demo

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