Himno
¡Oh, cuántas veces, mi Señor,
me olvido de tu gran dolor,
que padeciste Tú por mí
a solas en Getsemaní!
¡Oh, cuántas veces, mi Señor,
me olvido de tu inmenso amor,
tus sufrimientos en la cruz
para traerme la salud!
Mas me recuerdo, oh Salvador,
ahora de tu dulce voz;
y por la fe la puedo oír:
“Hacedlo en memoria de mí”.
El vino bebo y como el pan,
y me hablas Tú con tierno afán:
“Mi vida puse Yo por ti,
hacedlo en memoria de mí”.