Himno
¡Oh gran Dios! yo soy un vil
miserable pecador,
que falté mil veces, mil,
a la ley de mi Señor;
que tus sendas olvidé
y tu amor menosprecié. (Bis dos últimas)
En mi alma no hay verdad,
y mi pobre corazón
por su gran iniquidad,
lleno está de confusión.
He perdido mi vigor
y fallezco de dolor. (Bis dos últimas)
Ten ¡oh Dios! piedad de mí,
que debilitado estoy;
dame, por amor de ti,
salvación que busco hoy.
No me dejes perecer,
ven mi cárcel a romper. (Bis dos últimas)